29.11.07

Sólo una cosa

Mis sentimientos se han vuelto más claros estos días. Con cierta nitidéz prestada de una tarde de otoño, cuando la luz es más tenue, casi amarilla y las hojas cantan en el piso secretos de su vida. Con el sol ya maduro, más amigo que nunca; a las cosas sólo les queda una cosa: esperar. Aguardar el tranquilo invierno, que arrastre consigo un nuevo gesto y la novedad de una señal que indique un primer paso. El suspenso de una nueva comprensión.

Versa el cielo sobre los recuerdos del tiempo acontecido, que ha transcurrido antes de la estación sonante. Y ve, complacido, que nada ha sido en vano. El día lo preside el camino que lleva de nuevo al otoño del próximo ciclo. Huele a paciencia y a veces a frío. O a una humedad resignada; que hoy es bienechora y mañana enraresida.

Sólo me queda una cosa: sonreir. Nada más.

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